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9/6/2025

Relaciones

Minutos de lectura:

3

No todos nos disculpamos de la misma manera: Los lenguajes del perdón y el origen de malentendidos.

Pedir perdón no se expresa de la misma manera en todas las personas. Conocé los distintos lenguajes del perdón y descubrí cómo identificar el tuyo para sanar vínculos, cerrar heridas emocionales y pedir disculpas de forma más auténtica.

Escrito por

Equipo Psi Mammoliti

¿Por qué a veces el perdón no alcanza?

Te esforzaste por pedir disculpas. Lo hiciste con sinceridad. Pero algo no funcionó. La otra persona se muestra distante, molesta, o directamente te dijo que “eso no alcanza”. ¿Te ha pasado alguna vez?

Es que pedir perdón no es una fórmula mágica ni universal. No todas las personas entienden el perdón del mismo modo, y lo que para ti fue un acto de reparación, para el otro puede haber sido superficial, o incluso ofensivo.

El problema no siempre es la falta de arrepentimiento. A veces, el problema es que no hablamos el mismo lenguaje emocional.

Somos humanos, no robots programados para coincidir

Estar en relación con otros —pareja, familia, amig@s— implica inevitablemente algo: en algún momento, nos vamos a herir.

No porque seamos malos, ni porque no nos importe el otro, sino porque somos imperfect@s. Y en esa imperfección, con nuestras heridas, historias y formas distintas de ver el mundo, es inevitable que choquemos.

Incluso lo hacemos sin querer, sin darnos cuenta, o sin haber cometido un error real: simplemente, porque no conocemos la historia emocional completa del otro.

Y por eso, es importante salir de la fantasía de que si nos queremos, nunca vamos a discutir. El verdadero desafío no es no pelear. Es saber reconciliarnos.

Qué son los lenguajes del perdón

Así como en el amor hay distintos lenguajes, en el perdón también. Cuando algo nos duele, a veces necesitamos que lo expresen de una forma particular. Chapman y Thomas desarrollan en su libro cinco maneras distintas —o lenguajes— de pedir disculpas. Y conocerlos puede ayudarnos a entender qué necesitamos… y qué espera la otra persona.

  • Expresar arrepentimiento: "Lo siento. Me equivoqué.".
    Este lenguaje pone el foco en reconocer el daño y conectar con el dolor que causamos. No se trata sólo de admitir un error, sino de mostrar empatía genuina por lo que la otra persona sintió.

  • Aceptar la responsabilidad: "Fue mi culpa. No debería haber actuado así."Para quienes valoran este lenguaje, lo esencial es que la persona que pide perdón asuma el error sin excusas ni justificaciones. Quieren escuchar que el otro se hace cargo de sus actos.

  • Restituir: "¿Qué puedo hacer para reparar el daño?"Este lenguaje necesita una acción concreta. No alcanza con las palabras: hay que demostrar con hechos el deseo de enmendar. Puede ser desde un gesto reparador hasta un cambio en la conducta.

  • Arrepentimiento genuino: "Voy a trabajar para que no vuelva a pasar."A veces, lo que más sana es sentir que el otro está comprometido con cambiar. No solo se disculpa por lo que hizo, sino que demuestra la intención de aprender y no repetirlo.

  • Pedir perdón explícitamente: "¿Podés perdonarme?"Este lenguaje pone énfasis en la vulnerabilidad de pedir perdón con todas las letras. Quien lo necesita quiere escuchar la pregunta, tener el espacio para responder, y sentir que su decisión de perdonar (o no) es respetada.

Cuando el idioma emocional no coincide, duele

Imagina esto: alguien te dice “perdón, ya pasó” y cambia de tema, pero tu sigues sintiendo la herida abierta. O, al revés, pides disculpas con todo tu esfuerzo… y la otra persona parece no registrarlo.

Estos malentendidos no significan falta de amor ni de arrepentimiento. Significan que no están hablando el mismo idioma emocional.

Ahí es donde entra en juego la comunicación emocional. Porque no alcanza con decir algo: también importa cómo se dice, cuándo, y si el otro puede entendernos desde su historia.

Las palabras mal usadas, los silencios, o los gestos confusos pueden herir más que el conflicto original.

El perdón se ofrece, no se exige

Hay algo esencial que muchas veces olvidamos: pedir perdón no garantiza ser perdonad@. Y está bien que así sea.

Porque el perdón es una construcción. Se da desde la libertad, no desde la presión. Y cada persona tiene su proceso para sanar.

Ofrecer una disculpa sincera es un acto poderoso, pero no tenemos control sobre lo que el otro hace con eso. Lo que sí podemos hacer es escuchar, comprender, y mostrar con palabras y hechos que nos importa reparar.

¿Qué necesitas tú para sentirte reparad@?

Esta es una pregunta clave. Porque no hay una única manera de pedir perdón “bien”: hay formas que conectan con vos, con tu historia, con lo que necesitas en ese momento. Y conocer ese “idioma emocional” puede cambiar por completo la manera en la que vives una disculpa.

A veces, entender cómo funciona tu propio lenguaje del perdón —y el de las personas que te rodean— puede ser el primer paso para sanar mejor, comunicar lo que necesitas y construir vínculos más conscientes.

Explorar tu forma de pedir y recibir perdón puede ser un gran paso para mejorar tus vínculos. El test de los lenguajes del perdón puede darte claridad.

En este artículo encontrarás

No somos robots. Nos equivocamos. Herimos. Discutimos.

Pero también podemos aprender a reparar. A volver a encontrarnos. A construir puentes con palabras, gestos y decisiones.

Conocer los lenguajes del perdón no solo mejora nuestras disculpas. Mejora nuestros vínculos. Nos ayuda a estar más disponibles, más conscientes, más humanos.

Porque en definitiva, pedir perdón es decir: “Te veo. Me importas. Quiero reparar esto contigo.”